La constipación es un problema bastante frecuente presente en la consulta médica diaria.
Con una prevalencia del 20 hasta el 80% en la población mundial, la mayoría de las personas la presentan en algún momento de su vida.
Dicho problema impactará negativamente en la calidad de vida de quienes la portan.
Se presenta con mayor frecuencia en pacientes ancianos y mujeres en edad reproductiva.
En la mayoría de los casos los síntomas son mínimos y se resuelven con mejoras en la alimentación y el consumo de fibra.
Sin embargo existe un porcentaje de los pacientes que no presentan mejoría alguna y el problema se comienza a complicar, por lo que requiere tratamiento médico.
Existe una gran variación en el número de evacuaciones.
Existen personas que presentan evacuaciones 3 veces por día y otras hasta 1 vez por semana, esto sin presentar ninguna incomodidad.
El tránsito intestinal se ve influenciado en gran medida por el consumo de fibra y agua en la dieta.
Por tal motivo es fundamental su consumo para aumentar el número de evacuaciones y disminuir las molestias.
Existen cambios normales en el tránsito intestinal, que pueden generar un cuadro fisiológico de constipación intestinal.
Por lo qué no es necesario el consumo excesivo de laxantes ante un mínimo cuadro de estreñimiento.
¿Qué es la constipación intestinal?
Es un término que define un síntoma subjetivo, que se vuelve un problema médico cuando se acude a valoración médica.
Se caracteriza por una dificultad o poca frecuencia en las evacuaciones.
Esta dificultad en la evaluación, puede generar esfuerzo en la defecación y una consistencia dura de las heces.
Así como tener la sensación de que la evacuación fue incompleta.
Los síntomas antes descritos, deben ser recurrentes, para hablar de un cuadro crónico.
Se habla de constipación funcional, cuando los síntomas son transitorios, que pueden ocurrir, al realizar cambios en la alimentación, cambios en el hábito de defecación o al realizar un viaje prolongado.
Todo esto nos puede generar alteraciones en los movimientos intestinales, dándonos como resultado un cuadro de constipación transitoria.
¿Cuáles son las causas?
De forma conceptual se divide la constipación intestinal en primaria o idiopática.
En la cual existe una alteración de la función del colón y/o anorrectal; y la constipación secundaria que es producida por diversas condiciones médicas y al uso de cierto grupo de medicamentos, entre causas secundarias se encuentran:
- Orgánicas: Estenosis de colón, presencia de cáncer colorrectal, pólipos o divertículos.
- Metabólicas: Diabetes Mellitus, Hipotiroidismo, Insuficiencia renal crónica.
- Neurológicas: Lesiones en la médula espinal, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, neuropatía autonómica.
- Anorrectal: Fisuras anales, estenosis anal, proctitis
- Fármacos: Medicamentos antihipertensivos, analgésicos, opioides, antidepresivos, hierro y anticonvulsivantes.
Diagnóstico.
Como ya lo vimos anteriormente, existen diversas causas para el desarrollo de un cuadro de constipación intestinal.
Por lo qué, es de suma importancia identificarlas así como también identificar cual es la principal molestia del paciente, con el objetivo de brindar un tratamiento específico y adecuado.
Para brindar un adecuado diagnóstico realizar una historia clínica y una exploración física minuciosa.
Durante la exploración física se sugiere realizar un tacto rectal, buscando alteraciones anatómicas en la estructura del ano o un proceso inflamatorio de las hemorroides.
Es fundamental la búsqueda de datos de alarma, sugerentes de alguna enfermedad gastrointestinal severa.
Entre estos signos se encuentran:
- pérdida de peso excesivo
- sangre en las evacuaciones
- anemia
- cambios bruscos en el hábito intestinal
- dolor abdominal intenso
- antecedentes de cáncer de colón en la familia
En caso de que con la consulta clínica y el tacto no se logre identificar la causa base del cuadro.
Se puede realizar una colonoscopia y/o un colon por enema buscando alteraciones en la estrechez del colón, presencia de divertículos, pólipos o tumoración en colón.
De esta manera, el tratamiento se dirige a corregir la patología de base.
Existen otros estudios que se pueden realizar para evaluar la función del ano y recto.
Estos estudios nos muestran los reflejos de la musculatura anal, manómetria anorrectal o el acto defecatorio en sí.
Tratamiento.
Las opciones de tratamiento tradicional son la suplementación con fibra y el uso de laxantes.
Se recomienda el uso mínimo de 20- 25 gr de fibra por día, así como realizar cambios en el estilo de vida, como lo son el aumento en el consumo de agua y la realización de actividad física de manera frecuente.
Además se puede utilizar algunos productos comerciales como el mucílago hidrofílico de psyllium (plantago ovata) y la metilcelulosa.
La función de estos es atraer agua al tracto intestinal, aumentando el número de defecaciones y mejorando su consistencia.
El efecto adverso que se puede presentar con este tipo de suplementos son las flatulencias y la distensión abdominal.
Es importante mencionar que el tratamiento con laxantes, enemas o supositorios, debe ser supervisado por un médico.
Es recomendable determinar un tiempo específico en el día para el proceso defecatorio.
En ciertos casos es necesario realizar el biofeedback, con el objetivo de estimular y fortalecer la musculatura anorrectal.
En ciertos pacientes será necesario recurrir a un tratamiento quirúrgico, en caso de desarrollar un cuadro de obstrucción intestinal o por la presencia de pólipos o tumoraciones en colón, sin embargo esto debe ser determinado por un médico especialista en coloproctología.
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