El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano, pesa alrededor de 1.5 kg.
Es el órgano principal del metabolismo y la producción de energía.
Cuando existe un aumento excesivo en el consumo de grasas, carbohidratos y alcohol, se presenta un acumulo de grasa en las células del hígado.
El exceso de tejido graso puede conducir a un daño hepático severo, causando un proceso inflamatorio crónico y esteatosis hepática.
A nivel mundial se conoce que el 25% de la población adulta presenta un cuadro de hígado graso no alcohólico.
Esto gracias a la obesidad y al sedentarismo; diversos estudios reportan casos de hígado graso hasta en el 34.2% de los niños con obesidad.
En el caso de los adultos, cuando no se realizan cambios en estilo de vida de forma oportuna, el 15 al 20% de los personas con hígado graso, desarrollan fibrosis y cirrosis.
Se sabe que niveles elevados de triglicéridos tienen una fuerte asociación con el desarrollo de esta enfermedad.
En nuestro país 3 de cada 10 mexicanos padecen de niveles altos de colesterol y triglicéridos.
Además del daño hepático, también son un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las cuales se encuentran entre las principales causas de muerte en México.
Por lo antes mencionado, es de vital importancia conocer y reconocer las causas principales y cómo podemos prevenir las complicaciones hepáticas.
Hígado graso.
Es una entidad patológica, en la cual se produce un acúmulo excesivo de grasa en las células hepáticas.
Que se asemejan a la lesión hepática inducida por el alcohol, sin embargo, estos pacientes con poco o nulo historial del consumo de alcohol.
Dicha acumulación de grasa puede causar inflamación, muerte celular y cicatrices (esteatosis hepática).
En caso de no tratarse a tiempo, la esteatosis hepática, puede llegar a generar un cuadro de fibrosis hepática.
Q+ue causa una disminución del flujo sanguíneo a través del hígado, a largo plazo, si no es tratado a tiempo puede llevar a la producción de cirrosis, falla hepática y cáncer de hígado.
¿Por qué se elevan los triglicéridos?
Los triglicéridos son grasas que se encuentran en determinados alimentos y también son producidos por el hígado mediante el metabolismo de los carbohidratos y proteínas, son utilizados como reserva de energía para cubrir las necesidades metabólicas del cerebro y los músculos.
Las causas principales del aumento de los triglicéridos son:
- la obesidad/ sobrepeso
- el consumo excesivo de alcohol
- el sedentarismo
- dieta alta en carbohidratos-grasas saturadas
- el tabaquismo
El papel de los Triglicéridos en el hígado graso.
La acumulación de grasa en el hígado ocurre cuando, existe una elevación en la síntesis hepática de triglicéridos.
Esto ocurre cuando existe una importación excesiva de grasas libres del tejido adiposo.
Da como resultado un mayor suministro de triglicéridos al hígado ( como se da con la obesidad y la pérdida rápida de peso), o de la conversión excesiva de carbohidratos simples y proteínas a triglicéridos.
Al consumir azúcar de mesa, esta se divide en dos moléculas importantes, la glucosa y la fructosa, de las cuales el 20% de la glucosa y el 100% de la fructosa se metaboliza por el hígado.
Esto provoca la formación de gotas de lípidos hepáticas y esteatosis.
Existe una amplia evidencia científica de que el aumento en el consumo de azúcar en la dieta, aumenta los triglicéridos en sangre.
Causas asociadas.
Diabetes Mellitus/ resistencia a la insulina.
La resistencia a la insulina se da cuando las células musculares y hepáticas no responden a la acción de la insulina.
Causando un aumento en la producción de insulina en el páncreas, para lograr que se absorba la glucosa para su metabolización.
Cuando este cuadro se presenta, pueden se presentan datos de cansancio excesivo, hormigueo de extremidades, aumento de peso y descontrol de la saciedad.
Cuando estos síntomas se presentan los niveles de glucosa sanguínea son muy elevados y es importante acudir a valoración médica
Sobrepeso/obesidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define la obesidad y el sobrepeso como un aumento anormal de grasa que es perjudicial para la salud.
Para identificar la severidad de la obesidad se utiliza el cálculo del índice de masa corporal ( IMC), este indicador ayuda a clasificar el grado de severidad del cuadro.
El IMC se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
Hipertensión Arterial Sistémica.
Uso de corticoides.
La combinación de obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y niveles elevados de triglicéridos, es conocida como síndrome metabólico.
Síntomas
Como se mencionó anteriormente, de manera inicial no causa signos y síntomas.
En caso que el cuadro comienza a agravarse los síntomas iniciales de hígado graso son:
- Cansancio excesivo
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
- Aumento del tamaño del hígado.
- Presencia de heces verdes o amarillas.
En caso de no recibir tratamiento de forma oportuna, se pueden presentar síntomas de cirrosis, que es un grado de cicatrización avanzada, entre los cuales se encuentran:
- Acumulación de líquidos en abdomen (ascitis).
- Coloración amarilla de piel y ojos (ictericia).
- Pérdida de apetito.
- Presencia de náuseas y vómitos excesivos.
- Pérdida de peso severa.
- Alteraciones cognitivas ( pérdida de memoria, trastornos del sueño).
Diagnostico.
Debido a que en la mayoría de los casos no hay síntomas, por lo que es importante realizar una adecuada historia clínica.
Explorando todos los antecedentes y factores de riesgo asociados con el desarrollo de la enfermedad.
Además, se realiza un examen físico minucioso donde se buscarán datos de ascitis, ictericia y crecimiento del hígado.
Es importante, realizar un examen de sangre.
Entre los estudios a realizar se encuentran un perfil lipídico y pruebas de función hepática.
En caso de encontrarse elevaciones en los estudios realizados, se puede solicitar estudios de imagen, para complementar el diagnóstico.
Los estudios solicitados son la ecografía hepática o la resonancia magnética. Esto nos ayudará a determinar la presencia de tejido cicatricial o inicios de cirrosis.
Sin embargo en personas con obesidad mórbida, las calcificaciones de fibrosis pueden elevarse.
Es por la concentración alta de grasa, en estos casos se solicita una biopsia hepática para descartar datos de malignidad.
Tratamiento.
El manejo del hígado graso se debe realizar con un equipo multidisciplinario, ya que de realizarse intervenciones aisladas, el manejo ha demostrado no ser tan efectivo.
Primeramente se deben buscar realizar cambios en el estilo de vida, llevando un régimen alimenticio balanceado,(aumentado el consumo de grasas saludables, proteínas, vegetales y disminuyendo el consumo de carbohidratos) y realizando ejercicio físico de moderada a alta intensidad mínimo 3-5 veces por semana, buscando bajar de peso, ya que se ha demostrado que cuando los pacientes tienen una disminución del 5% del peso corporal, se reducen los niveles de triglicéridos en hígado, con una disminución del 7% se reduce el proceso inflamatorio del hígado y si la pérdida igual o mayor al 10% puede ayudar a revertir la cicatrización severa y mejorando los síntomas de forma importante.
En algunos casos, el médico tratante puede recomendar el uso de medicamentos.
Para mejorar la respuesta terapéutica, entre los que se encuentran:
- Metformina. Reduce la cantidad de glucosa que libera el hígado en sangre, además de ayudar a que las células absorban la glucosa y la usen como energía.
- Orlistat. Ayuda a que no se absorban las grasas a nivel intestinal, eliminándolas por las heces, dando como resultado un disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
- Ezetimibe. Ayuda a la absorción del colesterol e inhibe la absorción intestinal del mismo, dando como resultado una reducción de los niveles séricos de colesterol.
- Estatinas. Ayudan a disminuir la producción hepática de triglicéridos y que estos se utilicen en las células musculares y hepáticas como energía, disminuyendo los niveles en sangre de colesterol y triglicéridos.
- Suplementos. Entre los suplementos recomendados se encuentran la Vitamina E, C y D, así como el consumo de grasas saludables como lo son omega 3 y DHA, estas últimas se encuentran en el aceite de pescado.
Es importante que el uso de los medicamentos antes mencionados sea supervisado por un médico certificado, evitando efectos adversos de los mismos.
Recomendaciones.
En caso de presentar algunos de los factores de riesgo o síntomas antes mencionados.
Es importante seguir las siguientes recomendaciones, buscando mejorar los síntomas y prevenir complicaciones.
Entre los modificaciones recomendadas se encuentran:
- Mantener un peso saludable ( dieta balanceada y ejercicio físico)
- Consumo de alimentos ricos en fibra ( frutas, verduras y granos enteros.)
- Evitar bebidas azucaradas (jugos, refrescos, etc.)
- Limitar el consumo de tabaco y alcohol.
- Eliminar las grasas saturadas y azúcares refinados.
Estas modificaciones en nuestro estilo de vida son fundamentales para prevenir o mejorar el cuadro de hígado graso.
En caso de que los síntomas se encuentren presentes o los niveles de triglicéridos, colesterol o glucosa se encuentren elevados se debe llevar un manejo adecuado por parte de un médico certificado.
Buscando siempre mejorar la calidad de vida y disminuir la aparición de posibles complicaciones.